5.

Estoy en un pasillo y, pensando que voy a irme ya con Ana, o reencontrarme con dos de estos hombres, aparece un hombre muy grande y algo obeso, pero muy agradable de cara. 

- Seguro que no te has sentado en nadie como yo.

- Seguro. ¿Debería probar?

- Hay muchas formas de sentir placer.

Y cojo un Bourbon y me meto en la sala donde ha entrado. Es una habitación con una cama individual, una silla y un baño con ducha, papel y toallas. Me desnudo, mientras le digo que haga lo mismo. Bebo el Bourbon, y saco mi faceta más dominante. 

- Desnudo, sentado en esa silla. Manos atrás.

Me obedece. Le ato las manos con su camisa, le vendo los ojos con papel. Me dice que no ve nada, y me lo creo. Está desnudo, algo excitado. Me quito toda la ropa y le empiezo a decir obscenidades en los oídos, sin cortarme, ni tocarle.

- Qué chico más guarro que paga por venir a una fiesta para que se lo follen tías como yo...

 Se excita y cobo el condón que ha dejado en la mesa, y se lo pongo. Me pongo de forma anversa, ya que me siento y me meto su sexo en mi sexo, dándole la espalda. Noto que le gusta mucho, y sigo. Paro, y, algo molesta del estómago, decido practicar sexo anal de la misma forma, algo que le excita mucho más y que hace que en menos de un minuto termine. Me viene bien. Le riño, y le digo que no semieva hasta que se lo ordene.

Voy al baño, mientras el sigue igual y defecto. Me limpio en la ducha, y me pongo la ropa. Cuando yo estoy, le digo que por mi parte ya está, y que no me moleste más. Mientras cierro, veo que se va quitando las vendas de ojos, pero ya salgo, veo a Ana y nos vamos, no sin antes haberle contestado: "No ha estado mal..."

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