8.
He quedado con un chico que he conocido en una app. No es que me guste usarlas, pero he dado una oportunidad a la tecnología, y a ver qué me encuentro. Yo puse "lo que surja", y él, seriedad, pero, en fin, estuvimos hablando, y parece agradable, además de educado y en la foto, realmente atractivo.
- ¿1 encuentro en mi casa?- le sugeri, tras hablar un buen rato, de aficiones, gustos, salud y viajes. Y aceptó.
Abro la puerta. Dios mío, es más guapo de lo esperado. Huele bien. Alto, rubio, delgado, su piel está enrojecida del sol, pero con músculo, media melena, estilo surfero (lo que menos me gusta, pero se acepta), es un sueño ideal para cualquier mujer. Incluida yo. Dos besos, una conversación con el televisor encendido, un vaso de agua y ya está. Tiene cuatro años menos, y aún parece más joven. Y me acerco, sigilosamente, y me besa. Es un beso romántico, apasionado y sincero. Es un beso de amor, o lo parece. Dulcemente, nos acariciamos, como dos colegiales, como dos adolescentes que sin no se han acostado con nadie, como si fuese una primera vez (que lo es).
- ¿Vamos a la habitación?
Y me dice que sí. Le cojo de la mano, y le llevo a mi cuarto. Nos sentamos, y nos seguimos besando, tumbados de lado. También nos tocamos. He dejado el preservativo en la mesa, y no, no va a ser rápido su uso. Ha pasado (creo), más de media hora de besos, los dos excitados, cuando, lentamente, nos empezamos a quitar la ropa. Quedamos desnudos, acariciándonos, y, como una adolescente, aunque ambos tengamos buen cuerpo, le pido entrar dentro de la cama, para más calor. Asiente. Seguimos igual, añadiendo juegos y toqueteos en nuestro sexo, cada uno el del contrario. Excitada al máximo, y el también, sucumbo al sesenta y nueve, de forma casi interminable, durante más tiempo del que nunca he hecho. Cuando se reincorpora, tras eyacular en mi boca, me dice que aún tenemos toda la noche, y se queda, haciéndome el amor, usando más de tres preservativos, levantándonos sólo para beber e ir al baño, y jugando a probar posturas que nunca había hecho: levantando piernas, carretilla, cogida a la cintura...con el suelo y la cama como escenarios y lugares para el amor.
A las 6 horas, ya cansados, pienso que vamos a dormir juntos, pero...
- Es hora de que me marche, princesa. Espero lo hayas pasado muy bien. Mejor sigue asuí. Y recuerda, como acordamos, cuando salga por la puerta, tú y yo ya no hablaremos más.
Y se viste, oigo la puerta cerrarse, y, sin poder hacer nada, rompo a llorar.
- "He sido tan feliz contigo"- pienso, entre lágrimas, sin poder cambiar la situación.
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