22.

- ¿Te vienes a dormir? Sin pijama...

- Sí. Voy. Pásame la dirección.

Un swinger. No estan muy bien y tiene la noche para mí. Su mujer está de viaje. Es como los hombres de anuncio de perfumes, está vez, un Robert Pattinson, pero se llama Manuel y me invita a dormir. Llegó a su casa y:

- Cena, peli, cama y manta.

Reímos. La manta no sé. Cenamos, me viene bien. Ha preparado unas pechugas de pollo con cebolla frita casera y puré, aunque me decís to sólo por la carne y una infusión. Hablamos. Es muy amistoso y agradable. Me encanta como es. 

Cuando acabamos, fregamos platos y vemos la película sentados en el sofá. Con manta, que hace fresco. Toca "The Holidays", de muy buen gusto, romántica, divertida y agradable. La vemos abrazados, él me coge de hombro y yo, de la cintura. Sólo nos besamos al final. Pero es muy intenso, es un beso fuerte de pasión, cariño y hasta parece amor mutuo y sincero. Vamos a la cama, y sólo cuando hemos apagado las luces, lo hacemos, de forma suave y romántica, cariñosa y placentera. Y me derrumbo de placer en la cama, me dejó ir dulcemente en un encuentro tan suave y romántico como orgásmico, primero uno y después varios, con sus penetraciones, encima, hasta que acaba y se quita el preservativo, que debía tener allí, a su lado de la cama. Y nos dormimos abrazados, como si fuésemos pareja, como recién nacidos.

A la mañana siguiente, despertamos, nos duchamos y desayunamos juntos. Romántico, agradable y divertido, pero, cuando llega la hora, tengo que salir por la puerta, y ya vuelvo a ser Cenicienta.

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