34.

Resulta que, como en tantas películas, me encierro en una habitación y oigo ruido. Sale de un baño interior, un hombre que se parece a la versión joven de Woody Allen, vestido de juglar, muy gracioso. 

- Soy Ale, ¿y tú?

Me presento. Hay cierto flirteo, y no sé si deberia pero, riendo...

- Antes de salir, ¿probamos la cama?

- ¿Saltando?

- No, mejor,  sin ropa...

- ¿Desnudarnos y soltar en una cama?

Y reímos, y con las risas, nos besamos, y saltamos, y nos desnudamos, y saltamos, y sugiero saltar encima de él, y él dice que le apetece probar eso, primero yo y luego él, y luego... Luego me pone de cuchara, y luego me pone boca arriba, y me pide si puedo besar su pene, y le digo que sí sólo besa mi sexo y juega con mi clítoris a la vez, y accede y lo hace, y yo juego con ritmos y diferentes tipo de relaciones hasta que termina aquí, y yo trago y acepto.

Nos vestimos, aunque me pasó papel con agua, y salimos. Y le pierdo entre la gente, y busco a Ana.

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