38.
Tras su marcha, y haberme reído sola, me pongo una serie de la televisión y, a la hora de comer, pido comida china. Preparo la mesa, aunque sea para mí, y hago sitio en el congelador para lo que sobrará.
Al poco, llega el repartidor, un hombre de mi edad. Le pregunto si tiene prisa, y, aunque la comida es para el momento, le digo que mi apetito es sexual, y que si podría hacerme un favor rapidito...
Y me contesta que sí, y me folla, de esa manera, en el sofá, medio vestidos, medio desnudos, son condón, hasta que le suena el teléfono con quejas de que "donde estás" y se tiene que ir corriendo para conservar su empleo extra, y al menos no me pica nada y aún puedo comer la comida al punto.
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