50.

Al día siguiente, estoy agotada. No sé si irme ya, no he dormido ni mucho ni bien en el sofá, y el compañero bien, pero el cuerpo me pide descanso...

Salgo del baño, y veo que hay otra habitación vacía, con cama.  No sé si dormir allí un rato, y creo que sí. Ana está con el otro al lado, y no pasará nada. Noto que me duermo, pero de repente, una mano acaricia mi espalda, dulcemente, mientras duermo de lado, y me dejó querer. Pienso que es el chico de antes, y que debe querer más, ayer no paramos y usamos 4 preservativos... Uno último, está bien... Siento que me sigue acariciando y roza muslos, sexo y juguetea con los labios, clítoris y me excito. Humedezco mi cuerpo y sábanas, y no miro, porque es excitante. Noto un roce de su sexo, pero me da la impresión de que el tamaño es diferente. Sigue jugando y me masturba, me mojo, me corro y me pone boca abajo, y toca mi sexo bien tocado, y subo las nalgas y mi sexo, para que pueda penetrar bien, y de repente me sujeta así y me empieza a tocar, acariciar y besar mi parte anal, dejando bien húmeda, y noto una embestida suave, que hace que me sienta por completo, me tiene dominada y me excita, me excita, porque aunque no noto todo el sexo suyo, me da placer, un placer intenso e indoloro, ligeramente plastificado pero agradable al tacto, y quiero más y más pero... Se corre.

Y cuando miro, veo que era el otro chico, que, quitándose el preservativo, vuelve con Ana a su cuarto.

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