9.
Ha pasado una semana desde el último encuentro. Me sorprendo, me siento triste, deprimida. Ese hombre me gustaba, y fue tan perfecto todo... Pero debo pasar página. Claro que he pensado en romper mi objetivo, en dejarlo, y contactarle. Pero el no ha dicho nada, y quizás, sea así con todas. Hay hombres muy dulces o más apasionados en encuentros puntuales que en relaciones, y me digo: "¡Quédate con lo bueno!". Debo pasar página.
Estoy en la oficina, y Ana me llama, en su despacho. Me enseña una foto:
- Mira, mi nuevo "folloamigo". Es muy bueno... No es nada serio...
Muy guapo, pero no como mi surfero. Estoy "emperrada" con lo que no volverá a ser.
- No es nada serio. ¿ Quieres que te lo pase, para "probar"...?
Uy, ni que fuese un perfume. Pero quizás un encuentro... Vale, y me cita con el, para el viernes noche. Me da su dirección. Y allí estoy, en la hora acordada.
Nota que no tengo ganas de hablar. Guapo, limpio, ordenado, más depilado que yo, más arreglado y superficial que yo... Rapidito, no me gusta este desnivel, estoy afeitada de esa manera y aunque vaya con shorts y camisa, poco más me he arreglado. Nos sentamos en el sofá con la televisión, y sí... Esto no me lo esperaba... Muchos besos, pero también besos en el sexo... Mal rasurada pero hiper besada... Muy bonito y aceptable, pero no estoy de humor, así que me pongo a cuatro patas una vez me ha desnudado la parte inferior y le he pedido que se pudiese el preservativo, y dejo que me cabalgue, con satisfacción mutua, ya que nos dejamos ir a la vez. Me visto, bebo del vaso de agua que le pido, y me despido. "Ya, a casa", me digo, pero veo un nuevo bar abierto, y la curiosidad me puede...
Comentarios
Publicar un comentario