61.
He quedado para ir a realizar un masaje. Entro en el sitio, con un cartel que indica que hay "masajes rosas". No sé muy bien, pero pago de antemano el masaje, anticelulítico. 30 €, y dicen que está en oferta.
Entro en la sala, y parece que me toca un hombre gay, muy amable me desvisto, pongo el tanga, pero me dice que me puedo quedar desnuda. Lo hago ye hace el masaje, y, cuando parece que acaba, me dice:
- Si quieres, puedo hacerte algo más, un extra...
- Ay, pero no he pagado nada más...
- No, es pagando. Es porque... Me apetece... Si a ti te apetece...
Y afirmo, excitada. Se puede intentar. Y, en esa cabina, cerrada, en la camilla, tumbada, soy penetrada con gusto y ansia tras cuatro besos lujuriosos y toqueteos, boca arriba, con las piernas en alto de un torso muy bien trabajado, hasta que me dejo llevar 1, 2, 3, 4... veces, con ganas y el, 1, pero muy bien. Me visto, nos despedimos, y si, "ha sido un masaje excelente", le digo a la recepcionista, con mucha felicidad en el rostro
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