62.

Vuelvo a casa, y a lo mejor... Sí, debería atreverme. Si para la "lista" tengo ovarios, ¿por qué no llamar a ese chico de Cala Major? Lo hago. Le invitaré a un café, y hablamos. Quedamos. Voy al café, por el Marítimo. Y pasan 10 minutos, y no aparece. Llamo. No lo coge. 15 minutos tarde. Llamo. Lo coge, alguien jadea detrás de la línea, en la otra parte del teléfono. Una voz femenina. 

- Ay, perdona, es que tengo una visita...

Cuelgo. Me parece feo no avisar. Entiendo que tenga plan, pero ya me cansa que planten por tener relaciones sexuales. Ya lo hacía Rocío, y por eso dejé de ir con ella y el grupo. Pago. Voy paseando a casa, y aparece un chico corriendo. "Ya sería el segundo", pienso. Pero ni me mira. ¿Estaré mayor?

Subo al piso, y de repente, me llaman al timbre. Pienso que será el primo de la vecina, el de Cala Mayor, pero no. Es Ana, con dos chicos "nuevos".

- ¿Fiesta improvisada? Han venido sólo este fin de semana, son los primos de mi prima...

Y, aunque sé que ella solo hablará, bailará y verá pelis con el suyo, me pido el moreno, le invito a dos copas, y a la tercera, le entró en mi habitación, y cierro con llave...

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