66.
Londres. Llevamos 4 días, y hay otro compañero de viaje que parece que le gusto. Y a mí, también. Hoy por la noche tenemos libre, y decido ir a su habitación. Toco, entro y cierro la puerta. Y sí, es mutuo. Me pide que me quede a dormir, mañana ya volvemos, y es cierto que lo tengo todo preparado. El viaje ha sido formidable, pero llega a su fin. Voy a buscar la maleta tras sexo fabuloso: con Juan Miguel ha sido fabuloso, pero me sabe a poco, y creo que quiere formalidad, y no es recíproco con él: no siento much dea atracción, o al menos, Carlos, este chico, me ha revuelto algo más. Cojo la maleta, pero cuando salgo:
- Pensé que estaríamos juntos todo el viaje.
Y suena a telenovela, pero a la inversa, me despido y salgo. Duermo con Carlos, uno más con condones rojos de no sé qué, con quién ya hemos establecido que sólo una noche, y en el.avion, aunque coincido con Juan Miguel, de nuevo. No hablamos. Y tampoco nos despedimos.
Llego a casa, y por fin, tras la ducha, un nuevo mensaje:
- Te estaba esperando, y añorando.
- Ya he vuelto. ¿Alguna novedad?
Y, cuando espero recibir un mensaje de pasión:
- Me he comprometido con Judith
Y dejo el teléfono, en la mesita, llorando en la cama: ¿ cómo he podido ser tan tonta, de haber caído en el juego?
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