Cierro la puerta, y me dirijo a casa. Ayer fue formidable, hoy, una razón para marcharse antes de lo previsto. No me puedo creer que ese hombre tan apuesto sea tan sucio, la casa no está casi limpia, y cagando con la puerta abierta, oliendolo todo yo desde la habitación en la cama... no. Así que me he vestido, me he hecho un moño y a casa, sin despedirnos ni dar beso de "adiós" ni saber si quería mi teléfono o no. Paro en un café, pero mejor voy al McDonald's, que es más barato. Y en la cola, así, vestida con los jeans de ayer, una camiseta rosa, zapatillas y el moño, recuerdo la tarde del y noche de ayer, sábado. Salí a pasear, y me metí en Decathlon, el de Jaime III. Estuve mirando deportivas y los saldos, alguna vez vi algo para llevarme. Me subí a la máquina de caminar, el último modelo, la más cara, que no tiene nada que ver con las de gimnasio, pero, para tener en casa, están bien. Con la televisión, me la pondría yo, aparte de la música. Con todo esto, veo a un hom...
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